Jane's Blog

Es un drama romántico, que te deja con una sensación fría al terminar la película, tal y como deben ser los inviernos en Rusia. No sé muy bien porqué el director Joe Wright, quería plasmar de este modo tal historia. Para mi gusto se ha arriesgado demasiado y le ha salido mal. Era una mezcla de Moulin Rouge con el Fantasma de la Ópera, sin llegar a quedar nada claro.

A su favor debo decir que, por supuesto, los trajes son espectaculares, que por algo se ha llevado un merecidísimo Oscar a mejor vestuario.

Las actuaciones, tanto de sus protagonistas como de los secundarios, perfectas. Keira, personalmente, me encanta para estos papeles en películas de época, pero tal vez ha llegado el momento de cambiar la cara... Eso sí, hace un gran papel en esta película, de eso no cabe ninguna duda. Aún así, tengo que apuntar que no se llega a apreciar un gran feeling con el oficial Vronski, uno que debería haber entre una pareja que siente amor de verdad. Pero se perdona, porque el conjunto de todos los actores es sublime. Y por supuesto, la actuación de Jude Law, simplemente fascinante.

Sobre la historia en sí de Anna Karenina, en el fondo me ha gustado, y tal vez me coja el libro para llegar a entender mejor algunas cosas. Pero en definitiva, se trata de una chica que se casó demasiado joven con una persona muy importante para su país, por el que llegaría a sentir afecto pero no amor de verdad. Con un hijo de ambos, no impidió que con los años, encontrara a su verdadero amor. Un amor por el que se volverá loca y lo dejará absolutamente todo. 

En esa época estaba permitido el divorcio, pero no estaba bien visto que hubiese habido adulterio. En este caso, su marido intentó protegerla a pesar de todo lo que le había hecho, porque sabía que sería la ruina para Anna. Pero finalmente, el amor pudo con todo, y decidió seguir a su corazón, aunque la sociedad no la perdonara por ello.

Es una historia triste realmente, y te hace plantearte algunas cosas. En primer lugar, ¿serías capaz de perdonar una infidelidad? Y en segundo lugar, si encuentras el amor verdadero, ese amor que no puedes quitarte de la cabeza y te hace perder la razón, por el que decidirías abandonarlo todo, ¿serías capaz de seguir al corazón y no a la razón?

La verdad es que Anna es valiente pero también es castigada injustamente, porque todos somos humanos y podemos cometer errores. Nadie es capaz de identificar el auténtico amor hasta que lo siente de verdad, y cuando llega es devastador. Ojalá que todos siguiéramos más a nuestros corazones y menos a la cabeza, y no por temer al qué dirán y así evitar que nos condenen de por vida.

¡Y ahí dejo mi reflexión de hoy! ¿Qué opináis al respecto?